lunes, 23 de febrero de 2009

El (no tan) curioso caso de Benjamin Button

Abro el blog con una película que ha estado en boca de prácticamente todos en las últimas semanas. Había leído tantas críticas y todas ellas tan diferentes acerca de este film que no pude resistir la tentación de ir a verla con mis propios ojos. Y lo que me encontré fue un film excesivamente largo para lo que explicaba. En cierto modo era necesario tanto metraje debido a todo lo que no se podía dejar en el tintero y, en realidad, tampoco se hacía largo ni daba sensación de agotamiento para lo que pudiera parecer. Simplemente salí del cine con la sensación de que faltaba algo, como si me hubieran cambiado la película por otra mucho más insignificante. Y es que la historia escrita por F. Scott Fitzgerald es realmente apasionante y brillante, pero no considero que Fincher haya logrado hacerle honor por completo.

La historia trata de Benjamin Button, un hombre que nace viejo y va rejuveneciendo con el paso de los años. Nos narra la historia de toda su vida, factor clave que determina la longitud del film, de una manera fascinante. Aunque tendría que señalar que la actuación de los protagonistas no era tan impecable. Brad Pitt no sorprende en prácticamente nada, es la misma caracterización que pudimos ver en ¿Conoces a Joe Black? En otras palabras, Brad Pitt no ha logrado deslumbrar como la estrella que parecía ser.

Lo que me fascinó por completo fueron los efectos especiales, de un realismo sorprendente; no como los que podríamos encontrar en cualquier adaptación cinematográfica de un cómic. En este aspecto se merecería un Oscar sin dudas. Pero si tengo que poner todas las cartas sobre la mesa, no creo que sea un film tan maravilloso como puede parecer a simple vista. El curioso caso de Benjamin Button ha sido víctima de ser elevado al nivel de superproducción, con todo lo que ello supone y que ha provocado la decepción de muchos espectadores, como es mi caso.

Fincher no ha logrado transmitir lo que posiblemente quería F. Scott Fitzgerald, y eso ha convertido el guión en una historia hueca, como si se tratara de un encefalograma plano. Una historia sobre el paso del tiempo, sobre las vueltas que da la vida, con una historia curiosa… que bien podría haberse narrado en el orden habitual, haciendo que envejeciera como cualquier persona, ya que hubiera surtido el mismo efecto. Definitivamente, creo que Fincher no ha conseguido sorprender como esperaba.

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